Al igual que un camaleón, un buen líder es capaz de adaptar su estilo a cada situación, ya que sabe que cada persona es diferente. Un punto crítico que hay que tener en cuenta es la madurez laboral o el desarrollo del colaborador, puesto que de estos factores dependerá el tipo de liderazgo necesario para las distintas situaciones.
Esta madurez depende del grado de desarrollo de las competencias, tanto técnicas como de gestión necesarias para su puesto. Éstas se pueden adquirir con ayuda del jefe, quien deberá combinar la dirección (asignar tareas precisas y detalladas controlando su ejecución) con el apoyo (ayuda en resolución de problemas, apoyo social y emocional), según cada caso.
Como comentaba anteriormente, la adaptación del liderazgo va a depender de la madurez laboral de la persona, y es por esto que existen cuatro estilos de liderazgo que ayudarán de forma significativa a incluir al colaborador en este nuevo mundo laboral. A continuación, detallo cada uno de ellos:
Cuando alguien entra a una empresa lo hace con una alta motivación pero con poca experiencia en la tarea. Por esto necesitará un líder que entregue las pautas para cumplir con las tareas y que controle la ejecución de las mismas. Es decir, que brinde dirección al colaborador, que le dé instrucciones claras, en otras palabras, qué hacer y cómo. Cuando el empleado ya tenga un mayor dominio técnico, podrá enfrentarse a tareas más complejas y adquirir autonomía.
Muchas veces estas tareas requerirán habilidades sociales o de gestión que no se han desarrollado con las labores anteriores. Ahora el jefe deberá prestarle un apoyo personal más fuerte y ayudarlo en la toma de decisiones, esto sin descuidar la preocupación por metas y reglas claras. De esta manera, el empleado seguirá recibiendo dirección y apoyo a nivel técnico, pero también recibirá un alto apoyo relacional. En este caso decimos que el líder actúa como un coach o un entrenador.
Con el tiempo, cuando la persona domine todos los aspectos técnicos y profesionales de su trabajo, la labor del jefe será dar apoyo personal en temas de gestión de personas y toma de decisiones. Este estilo de liderazgo se conoce como apoyo.
Finalmente, y sólo cuando el jefe esté seguro de las capacidades técnicas y de liderazgo de su empleado, se podrá recurrir a la delegación. En este caso, las decisiones son tomadas por el empleado autónomamente. Para llegar a delegar en un empleado, se requiere que su jefe confíe plenamente en él, tanto profesional como personalmente.
Te propongo la siguiente situación: piensa en cuál ha sido el mejor jefe o líder que has tenido. Puede que esa persona en la que estás pensando haya sido aquella en donde más has aprendido o nutrido en base a sus conocimientos, ya que por costumbre los mejores jefes o líderes son aquellos que asumen como objetivo personal o propio la formación y el desarrollo de sus colaboradores.